En el folklore japonés existen muchas leyendas, tanto de dioses, como demonios, bestias o monstruos
propios de esta mitología. A estos últimos se les llama Youkai.
La Futakuchi-onna o por su traducción del japonés, mujer de
dos bocas, monstruo perteneciente a los Youkai, con el aspecto de una mujer
común y corriente, pero que debajo del cabello en la parte trasera de la cabeza
tiene una segunda boca, la cual es total y completamente funcional, de hecho
tiene labios, lengua y dientes.
Según la creencia esta boca es idéntica a la boca natural de
la mujer, sin embargo muchas otras veces se describe como las fauces de una
bestia, con dientes afilados y una legua enorme. Esta segunda boca cuenta con
vida propia, se cree que es controlada o se encuentra poseída por un espíritu
lleno de codicia y glotonería, el cual insulta, grita y gruñe a la mujer si
esta no la alimenta directamente o no le ofrece algún alimento. Aunado a eso,
esta monstruosa segunda boca tiene el poder de manipular el cabello de la
huésped a voluntad, pudiéndolo utilizar como tentáculos que usa muchas veces
para alimentarse por sí sola.
Como muchos de los Youkai con forma humana, la
Futakuchi-onna suele pasar desapercibida por las personas, y no es sino hasta
que la comida está escaseando en grandes cantidades cuando se dan cuenta de que
pasa algo fuera de lo normal, ya que la segunda boca hará comer a la mujer el
doble de lo que ella normalmente coma.
La segunda boca al contar con vida propia también tiene una
conciencia, la cual muchas veces doblega a la voluntad de la mujer, obligándola
a cometer cualquier tipo de acción, hasta asesinatos, y de negarse, puede
torturarla psicológicamente, culpándola y recordándole de lo mala mujer que
fue y la razón de haber sido maldecida,
además de gritarle y atacarla con el cabello.
Según la leyenda hay varias formas de que una mujer sea
maldita con una segunda boca y se vuelva una Futakuchi-onna, principalmente
tienen que ver con la comida. Mujeres que no comen por tratar de mantener la
línea pueden llegar ser castigadas con una segunda boca la cual las obligara a
comer. También el ser una madrastra y no dar de comer propiamente a los
hijastros es otra forma de ser castigada. También si se es egoísta con la
comida puede ser candidata para una segunda boca en la nuca. Muchas veces se
dice que si se trata de una madre la cual por avaricia no alimenta bien a sus
hijos y estos mueren, la segunda boca con las que se le castigara, será poseída
por el alma de su difunto hijo.
Una de las tantas leyendas cuenta sobre un leñador el cual
por accidente la golpea en la nuca a su mujer con un hacha, impresionantemente
en vez de morir, la mujer sobrevive pero la abertura producida en la nuca queda
abierta y toma vida propia. Esto aunque es un hecho aislado solamente también
se considera parte de la leyenda.
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