28 nov 2014

Bai ze o Hakutaku



La leyenda cuenta que el emperador amarillo, quien muchas veces se cree que fue el fundador de china hace más de 4500 años, salió de paseo por sus tierras, cerca del mar, escalo una montaña y encontró una bestia, un monstruo parecido a un buey o una cabra grande de color blanco pero de un aspecto más felino, con 9 ojos, 3 en el rostro y 3 a cada costado además de 6 cuernos, esta bestia era el mítico Bai Ze.

El cual se le considera un buen augurio a quienes lo encuentran, generalmente mostrándose ante emperadores y reyes para prevenirlos sobre catástrofes o desastres naturales.


El Bai Ze y el emperador amarillo tuvieron una larga charla, el Bai ze le conto acerca de los 11,520 tipos de creaturas sobrenaturales que existían, lo que para los japoneses serian su listado de Youkai.


La gente del emperador tomo nota de absolutamente todo y lo reunió en un libro el cual llamaron Bai Ze Tu. El libro era un compendio de cada una de las creaturas y el mal o el bien que estas podrían causar, los desastres que estos podrían desencadenar y el cómo lidiar con cada uno de ellos. Lamentablemente el libro fue perdido y ninguna copia existió después.


Esta bestia no solo es exclusiva de China, pues en Japón también existe, solo que es llamado Hakutaku o Kutabe.

Una de las leyendas japonesas de esta bestia viene de la prefectura de Toyama, se supone que se avisto a un Hakutaku en la cima del monte Tateyama, una de las montañas más altas y sagradas de todo Japón. En esta leyenda la bestia advirtió a los aldeanos sobre una plaga que pronto se extendería por todas las tierras y les enseño a crear talismanes mágicos para protegerlos de la plaga. Los aldeanos fueron salvados y desde ese momento La imagen del Hakutaku se relacionó con la medicina.


La imagen del Bai Ze o Hakutaku también era sinónimo de extrema buena suerte durante el periodo Edo en Japón. De hecho su imagen en pergamino o estatua era vendida como talismán de buena fortuna, pues ya que el Hakutaku sabe todo, muchos de los Youkai malvados trataban de evitarlo.



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