10 oct 2014

Las Brujas de Salem



¿Qué es lo que pasa cuando juntamos el fanatismo religioso, histeria colectiva, ignorancia y ambición? Si el año es 1692 y estas en Salem, Massachusetts, seguramente una larga cacería y posteriores juicios por prácticas de brujería.

La historia de las brujas de Salem es tan trágica como 100% real, ya que son casos totalmente documentados de lo que en ese tiempo se llamaba brujería, que al ser analizados en esta época solo nos parecerá la broma pesada de un grupo de chiquillas adolecentes.


Todo inicio cuando en el pueblo de Salem llego un reverendo de las Antillas llamado Samuel Parris, el cual trajo consigo a su hija Elizabeth de nueve años y su prima Abigail de doce, junto con ellas Tituba, la esclava negra de la familia, la cual practicaba el vudú y la lectura de cartas.

Tituba pasaba mucho tiempo con las niñas, acto el cual el reverendo no veía mal, no fue sino pasado el tiempo se comenzó a notar una serie de actitudes extrañas en las niñas, las cuales se ponían a llorar sin un motivo, gritaban, se ponían a correr en cuatro patas o se ponían a ahullar y ladrar cual perros o lobos.


Estas conductas comenzaron a verse tiempo después en otras niñas del pueblo que pasaban tiempo con Elizabeth y Abigail, una de las cuales, Ann Putman, aseguraba haber peleado con una bruja pues esta le quería decapitar. Los familiares de Ann llamaron al médico, William Griggs, quien no encontró mal físico en la niña, y al no encontrar una explicación racional concluyo que Ann podría estar embrujada o que la misma Ann podría ser ya una bruja.


Al enterarse del diagnostico “medico” el reverendo Parris comenzó a investigas a sus propias sobrinas, descubriendo que tanto su hija como su sobrina participaban en rituales de brujería de Tituba, creyendo incluso que el marido de la esclava elaboraba un pastel de bruja, elaborado con centeno y orina de niños.

Elizabeth, Abigail y sus de mas amigas se encontraron sin salida, tal vez su juego fue demasiado lejos, pero aun así, cuando se les pregunto aseguraron que no solo Tituba era bruja, y las había embrujado, sino que también, Sarah Good, una indigente con problemas mentales, y Sarah Osborne, una mujer invalida que vivía con un hombre sin estar casados por las leyes de Dios, esto la iglesia lo veía más que pecaminoso.


La histeria colectiva se apodero de Salem y para marzo de 1692 se realizaría la primer audiencia a Tituba, la cual confeso practicar brujería y que gracias a un hechizo un espectro había amenazado con un cuchillo a Ann Putman, además de que un “hombre de negro muy alto” le había entregado un libro el cual contenía los nombres de todas las brujas habitantes de Salem. El hombre de negro muy alto al que se refería era el diablo.


Este hecho aumento más el miedo y la histeria en Salem, no hubo más remedio que acusar tanto a Ann Putman, como a su madre de realizar prácticas de brujería, también fue acusada Sussana Martin, de acuerdo al vecino de Sussana, esta había embrujado a sus bueyes, los cuales actuaban en una manera muy extraña.

Comenzaría la cacería de brujas en Salem, en la cual también hubo hombres acusados de brujería, como el reverendo George Burroughs, quien fue señalado como el brujo mayor, mas tarde John Alden, quien fue acusado de haberle entregado el libro a Tituba, producto de una posesión demoniaca.


Los juicios comenzarían, los temas tratados en estos juicios serian desde fantasmas, apariciones, espectros, brujería y técnicas y la adoración al diablo. Los acusadores podrían ser cualquier tipo de persona o personas que estuvieran seguros de haber presenciado un acto de brujería, por lo que muchas veces se acusaba a personas por el simple hecho de que tenían más que otros, por simple envidia.

Muchas veces el grupo de niñas era quienes acusaban a las personas de brujería, delataban a una persona que tenia pacto con el diablo, o practicaba brujería al verla, ya que se paralizaban, gritaban, se tiraban al piso a dar maromas y a retorcerse como si se tratase de una posesión demoniaca. Tras tal actuación de las niñas, no quedaba duda que la persona acusada practicaba brujería.


La gran mayoría de las personas acusadas se trataba de mujeres, aunque también existían hombres, pero era tal la cantidad de acusaciones que se tuvo que crear un tribunal especializado en la cacería de brujas, encabezado por el juez William Stoughton, un hombre que podría pasar como un muy aferrado fanático religioso el cual disfrutaba sentenciar personas por prácticas de magia negra y brujería.

El hecho de ser acusado por prácticas satánicas, de brujería o magia negra, no solo implicaba el encarcelamiento y juicio posterior, si no prácticamente ser sentenciado a muerte, ya que ese era el fin de todos los acusados, al no pasar las pruebas del jurado o no demostrar su inocencia, eran sentenciados a la horca.

La primera persona que fue ahorcada por brujería fue Bridget Bishop, una mujer de avanzada edad, muy liberal, la cual, aunque desconocía siquiera el significado de bruja, fue encarcelada y posteriormente ejecutada el 10 de junio de 1692.


En total se ahorcaron a 13 mujeres y 7 hombres, con unos 200 acusados de practicar brujería y otros 200 más apresados, para su posterior liberación, ya que la caza de brujas decayó cuando se comenzó a acusar a las clases altas o familias adineradas de práctica de brujería. Al ver esto, el gobernador de Salem, William Pipps, decidió deshacer el tribunal de caza de brujas, y dejar de tomar como prueba que la persona admitiera la existencia de fantasmas, espectros u otro ente etéreo, como pruebas de brujería.
 

Años más tarde y aunque parezca ridículo los involucrados en los juicios de brujas se vieron obligados a firmar un acta de confesión de “error” en el cual declaraban que no hubo jamás suficientes pruebas para demostrar la brujería en ninguna de las personas ejecutadas, suplicando clemencia y perdón por parte de las familias afectadas, al haber condenado a inocentes.


Y así como vino se fue la famosa cacería de brujas de Salem, en el que aun hoy es un hecho muy recordado e incluso un lugar turístico en el que aún se conservan varios artículos relacionados con la “brujería” de esa región.

Muchos han especulado que la verdadera razón de esta cacería se debió a disputas entre familias, tierras o dinero, y al no existir otra forma, se les acusaba de brujería, para que estas especificas familias fueran borradas del pueblo, otros más han dicho que se debió al fanatismo religioso y en esa época todo lo extraño o fuera de lo común se consideraba un suceso paranormal.


Por codicia, venganza, fanatismo religioso, histeria colectiva, o fuera la razón que fuera, lo cierto es que uno de los factores que permitió tales asesinatos fueron la ignorancia de las personas, esa ignorancia y el juego de unas adolecentes.


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