11 abr 2012

Los Tatuajes en Japón



En la actualidad ver a una persona con algún tatuaje, sea este chico o grande, ya no es algo sorprendente, de hecho muchos de nosotros tenemos amigos o familiares con tatuajes o nosotros mismos lucimos algún bonito diseño en nuestro cuerpo.

Si bien aún existe mucha desinformación, discriminación y mala fama con respecto a las personas con tatuajes, nada se compara con la que se vive en Japón.


Desde tiempos antiguos en Japón se ha practicado el tatuaje. Ahora bien, existen varias palabras para referirse a un tatuaje en Japón, pero hablaremos principalmente de las palabras Irezumi y Oukoshisei.


Oukoshisei, esta palabra se usa para referirse al tatuaje como forma artística, para denominar la belleza y hermosura de este tipo de arte.

Irezumi, prácticamente es el cambio de coloración de la piel a base de tinta insertada debajo de esta, con fines decorativos.


También existen varias técnicas de tatuado, desde el Tebori, técnica de tatuado que utiliza agujas fijadas a una vara de bambú o madera y el diseño es tatuado en su totalidad a mano, siendo más tardado y mucho más doloroso, pero el resultado suele ser mucho más detallado.


El Horinomi era otra técnica usada para tatuar, la diferencia era que los materiales con los que se realizaban estos tatuajes eran menos finos, además de que esta técnica era exclusiva para tatuar esclavos y criminales, haciendo que se distinguieran entre los de más.

Por esta razón en Japón comenzó a verse mal el que una persona llevara algún tatuaje visible, pues de inmediato se le relacionaba con actos delictivos.
 
Las mujeres japonesas también se tatuaban, siendo las prostitutas y geishas las más famosas, pues sus tatuajes simbolizaban tanto su rango, como a quien le pertenecían o quien era su amante. Aunque si cambiaba de amante, la geisha tendría que cambiar de tatuajes, cosa difícil para la época.


Este arte poco a poco fue creciendo, tanto en belleza como en variedad de diseños, lo que hizo que se volviera muy popular entre los Emperadores y gente rica del siglo VI y VII.
 
 
Muchos eran los que tenían algún motivo tatuado, ya fuera de cuerpo completo (body suit) o algo pequeño, pero no fue sino hasta 1942 cuando el emperador Matsuhito prohibió la práctica del tatuaje pues temía que a ojos de los europeos y americanos Japón fuera visto como un país de barbaros.


Esta prohibición duraria poco, ademas muchos japoneses comenzaron a emigrar a otras regiones y países, donde enseñarían este arte, como también en la clandestinidad se tatuaría a las personas, muchas veces por sumas muy fuertes de dinero, principalmente criminales que ahora ellos mismos pagarían por ser tatuados.
La prohibición seria levantada en 1945, pero la mala imagen criminal y prohibida que esta le dejaría al tatuaje seria recordada aun en nuestros días.


Existen muchos lugares en Japón, principalmente playas, piscinas y baños públicos, que está prohibido ingresar si se tiene algún tatuaje, pues lamentablemente aun hoy en día se asocia a una persona tatuada con criminalidad, principalmente siendo fichado como miembro Yakuza (Mafia japonesa) cuando muchas veces no es el caso, ya que los Yakuza se tatúan todo o gran parte del cuerpo con un solo diseño que puede tardar hasta cinco años en ser terminado, pero estos establecimientos hasta el más pequeño de los tatuajes lo relacionan con criminalidad.



Existen hasta hoteles y restaurantes en los cuales si el tatuaje es visible te niegan la entrada o ponen carteles en la entrada prohibiendo el paso por miedo a que seas un Yakuza.

Es triste, pero aun existe este grado de discriminación en el planeta y es por parte de un país que se cree de primer mundo. Esperemos que algún día se cambie la mentalidad sobre el tatuaje, se deje de ver como una marca criminal y se comience a ver como el arte que es.


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