Todos conocemos la franquicia de
survival horror, Silent Hill. Tan grande ha sido su éxito que de
video juego pasó al cine con muy buenos resultados para algunos y un
total fracaso para otros, pero que al final es y seguirá siendo una
historia exitosa en la industria de los videojuegos.
Estos tienen algo sumamente distintivo
y son sus escenarios: un pueblo desierto con niebla interminable que
no te deja ver nada a tú alrededor, oscuridad y penumbra e imágenes
terroríficas dependiendo la dimensión en el que te encuentres.
Estos escenarios, esta visión, fueron
creados basados en un pueblo real llamado Centralia, en Pensilvania,
Estados Unidos, el cual ha sido casi convertido en un pueblo fantasma
muy similar al de los video juegos debido a una densa niebla que lo
inunda, está provocada por un interminable incendio bajo las calles,
carreteras y casas de este lugar.
El pequeño infierno de Centralia
comenzó cuando el ingeniero minero Alexander Rea fue a vivir ahí en
el año de 1854 haciendo florecer el pueblo gracias a que convirtió
al carbón en el sustento principal, por lo que este creció hasta
1960 cuando se dejó de tener quien invirtiera en ello.
Siendo el carbón la mayor parte de su
sustento y a pesar de no tener inversores, el pueblo siguió viviendo
del negocio pero bajo la clandestinidad. Hasta que esto se
interrumpió en 1962 cuando lo que parecía un pequeño incendio en
un basurero, algo fácil de controlar, pero que se extendió hasta el
subsuelo lleno de carbón, comenzando un incendio bajo tierra que
hasta la fecha no ha parado.
Las calles están
llenas de niebla, que más bien es humo que emerge desde las
profundidades del suelo en forma de gases tóxicos. Su población ha
ido disminuyendo con el paso del tiempo hasta que ha quedado en
aproximadamente 11 o 12 habitantes que se reusaron a salir del pueblo
aún y cuando es sumamente peligroso debido a l hundimiento repentino
del suelo, las grietas que se forman en el pavimento y claro el
constante incendio bajo tierra. Todo esto hizo al pueblo la mejor
inspiración para los creadores de la saga de terror.
Este pueblo incluso tenía su sociedad
secreta, que estaba esparcida por todo el estado de Pensilvania: Los
Molly Maguires, que trabajaban como activistas en favor de los
mineros de carbón, pero al mismo tiempo eran una sociedad peligrosa
que no dudaban en “deshacerse” de los malos elementos, incluido
el pionero de las minas en el pueblo, Alexander Rea.
En la actualidad aún hay familias
viviendo ahí, y el propio alcalde declara que es un buen lugar para
vivir (si quitamos las constantes exhalaciones de monóxido de
carbono) ya que es tranquilo y muy pacífico. Aun se siguen oficiando
misas en la iglesia del pueblo, y la vida ahí es tan normal como
puede ser vivir sobre un incendio que esta pronosticado podría durar
alrededor de 250 años más.
Escrito para Poisonous Raspberry Fields
por: Venus Nightmare
Publicado por Venom Noir
En texto todos los derechos reservados©
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